Nota acerca del arte

Un mensaje con función estética está estructurado de manera ambigua, teniendo en cuenta el sistema de relaciones que el código representa.
Un mensaje totalmente ambiguo resulta extremadamente informativo porque prepara para numerosas selecciones alternativas de lectura. La ambigüedad productiva es la que despierta la atención y exige un esfuerzo de interpretación permitiendo descubrir unas líneas o unas direcciones de decodificación y en un desorden aparente y no casual, establecer un orden más calibrado que el de los mensajes públicos*.
La literatura es un uso singular del lenguaje, es renunciar a la buena claridad de los signos que es fundamento del lenguaje cotidiano y correr la aventura del discurso opaco, opaco en la medida en que éste se muestra a sí mismo antes de mostrar al mundo. Sin embargo las significaciones no están enteramente veladas en la función poética ya que la noción del signo que no significase nada es contradictoria. La función preferencial del lenguaje no es ni puede ser aniquilada por el poeta, el cual deja al lector el placer de admirar en su texto lo que no es precisamente poético. El lenguaje del escritor no puede sino hacer ilusión, es decir, producir él mismo su objeto. El arte se sitúa por sí mismo más allá de la distinción entre lo verdadero y lo falso, que la cosa nombrada exista o no exista, carece de importancia para el escritor.

Extraje esta nota de mi carpeta de Literatura de cuarto año. No sé quién escribió esto, pero nos lo dictó la gran profesora Hebe Bais.
La última palabra del segundo párrafo, donde dice públicos* está en carácter de "dudosa", ya que la palabra escrita por mí en ese momento, en mi carpeta, está algo tachonada, por lo que no terminé de entender si decía "públicos" o "políticos", pero la primera me convenció más.