sábado, septiembre 27, 2008

"Perdiz entre los cardales" -de la suite La Música Muchacha, Op. 39, de Juan Francisco Giacobbe-

A Tatiana
Perdiz entre los cardales
Éste es otro cuento que le conté a Tatiana cuando estaba viva.
Tatiana era veloz y rebelde y tenía el encanto y el susto de la perdiz silvestre. Por eso le inventé el cuento de la perdiz entre los cardales, cuando la tarde y las flores están moradas en el aire de la pampa.
"La perdiz estaba sola, sola entre los cardales. De pronto vio al gavilán que la perseguía desde los cielos. La perdiz huía del gavilán, huía del carancho que desde las nubes la perseguía; ella lo salvaba todo, las aguas y las espinas. Pero vino el cazador y la mató, al borde de los caminos donde el cardo se hace espiga."
Así le pasó a Tatiana que la sorprendió el cazador justamente cuando iba a entrar en la espiga de su adolescencia.
Pero la perdiz, como Tatiana, sigue siempre cantando en la soledad misteriosa de la ausencia a pesar de la muerte.


Éste es el texto que está escrito para la pieza nº 6 (Perdiz entre los cardales) de la suite La Música Muchacha. Mi profesora de piano, que estudió en el conservatorio Manuel de Falla y tuvo como profesor de contrapunto y composición al mismísimo J. F. Giacobbe, me contó que Tatiana era la hija de una familia muy amiga de él, y que murió por leucemia a los 13 años. La pieza es realmente hermosa aunque, claro, muy triste.

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