domingo, septiembre 23, 2012

A Ramiro

Sentí algo raro cuando me dijiste "no, veámonos así vamos a tomar algo y charlamos". Esa frase me sonó rara. Pero lo ignoré.
Cuando estábamos ahí sentados tomando el café, y me dijiste todo, casi no lo creía. O algo así. Como mínimo me sorprendiste. No me lo esperaba.
No sabía nada. No sabía que estabas mal. Qué grave. Qué grave nuestra desconexión. Qué triste.
Qué triste no poder ayudarte, que no te sientas acompañado en esto. Siento que fracasé. Que fracasamos. Es un golpe. Pero de esos que duelen de verdad.
Ahí hablando, como quien dice, como dos extraños. Como si no estuviésemos enterados de nada.
Pero una de las cosas que me desconciertan, es que yo te vi bien. Ni una expresión de tristeza. Nada.
Mientras tanto, yo lloraba.
Por nuestra despedida, nuestro final. Nuestro fracaso.
Final del juego. Es el final de la canción.
Y es un final triste. Aunque no nos peleamos. No discutimos. Nada. Todo salió perfecto.
Sin embargo yo, me siento tan mal.
Me di cuenta cuando cerrabas la puerta del taxi. Ya está, se fue. Se va. Mientras te miro, y vos no me ves.
Mientras mis lágrimas rodaban, a ver cuál caía más rápido.

Me acuerdo de cuando nos conocimos. De tu primer chiste. Me acuerdo del primer beso. Me acuerdo de cuando me empezaste a desabrochar el jean. Me acuerdo de tus abrazos. De tus besos. De tus mimitos. De la carne al horno que hiciste este año. Me acuerdo del vino que me regalaste en mayo. Me acuerdo de las rosas que me regalaste. Me acuerdo de la caja de bombones. Me acuerdo de los cd's. Del envoltorio verde del regalo de cumpleaños del año pasado. Me acuerdo de tus brazos sobre mí, mientras dormíamos. De los desayunos. Del Nesquik calentito. De los licuados de banana. Del kiwi. De las caminatas. De todas las veces que me acompañaste. De todas las veces que te acompañé. De todas las mierdas que tuvimos que pasar. De nuestro esfuerzo. De nuestras miserias. De nuestro entendimiento. Porque vos y yo somos muy parecidos.
Me acuerdo del primer porro que fumamos juntos. Del miedo que sentía. Y de la seguridad que me hacías sentir porque VOS ESTABAS AHÍ, CONMIGO.
Pero ya no. Ya no vas a estar. Al final resulta que las cosas se terminan. Como quien termina una taza de café. Quizás sea inevitable. No sé.

Quiero que sepas que te voy a extrañar. Quiero que sepas que esto ME DUELE. Que estoy llorando y que se me caen los mocos, aunque sea poco romántico. Aunque sea patético. Quiero que sepas que hace mucho que no lloro por un chico. Quiero que sepas que nunca me dejaron. Quiero que sepas que nunca me dejaron porque nunca pasó nada significativo con ningún chico, aparte de vos. Quiero que sepas que sos el único con el que construí algo. Aunque sea unos lindos recuerdos. Aunque sea unos lindos abrazos.

Te quiero mucho, Ramiro

1 comentario:

Marlenciax dijo...

Moira, es muy tierna tu declaración. Es una poesía de un amor roto.
Va a sanar, solo tenés que esperar. La espera es angustiosa, y a eso lo único que lo cura es llenar espacios.
Espero que dentro de unas semanas estés un poquito mejor. No ahora, porque es difícil. Es el shock.
Pero va a pasar.
¡Te quiero mucho!
Marlencia