viernes, febrero 24, 2012

Última jugada

Una vez más mi ilusión
se derrumba como un yenga.
Una más, se desploma
como caballo herido.
Nunca me costó ilusionarme.
Me cuesta no decepcionarme.
Voy a preferir también, una vez más,
olvidarte,
procurar que ya no me importes.
Será mi última jugada.
Voy a mirar a otro lugar
y fingirme a mí misma
que te ignoro,
hasta que gracias a la inercia,
se vuelva verdad.
O hasta que lo crea como si fuese verdad.
Tengo una cosecha de amores muertos.
Una gran cosecha de agridulces epitafios.
Y miles de esporas que nunca fueron.
Y cientos y cientos de semillas secas.
Las pobres plantas que nadie riega,
se van secando, secando al sol...

No hay comentarios.: