sábado, abril 11, 2009

"El solterón", de Héctor Gagliardi

Él la espera a la salida,
porque sale más temprano,
y cuando se dan la mano,
parecen darse la vida,
Ella, pregunta, en seguida:
¿hace mucho que esperás?...
y habla mal del capataz
que la tiene consumida.

Y entran a caminar
por la vereda, juntitos,
y únicamente un pocito
los consigue separar,
mas, se vuelven a juntar
tan pronto lo pasaron,
y entonces, más se apretaron
por quererse desquitar.

Yo los veo diariamente
desde el balcón de mi casa,
y no sé lo que me pasa,
porque pienso diferente:
me parece, de repente
que esto es algo tan lejano
si en el amor ya fui "mano"
y pasé cobardemente.

Cómo quisiera volver
a esperar en una esquina
esa novia que decía:
¡es verdad que me querés!
para pelearme después
por un motivo cualquiera
por esa larga vereda
que en la mitad me amigué!

La chica buena y querida
que jamás encontraré,
pero, buscarla no sé
por las calles de la vida;
la que besaba a escondidas,
y que en más de una ocasión,
me ganaba un pellizcón
por mirar mucho a su amiga.

Por eso, sufro al mirar
cuando pasan por mi puerta,
las parejas que despiertan
lo que yo quiero olvidar,
¡Cómo quisiera esperar
otra vez en una esquina,
esa novia que la vida
no me ha devuelto jamás!

¡Cómo sufre el corazón
al recuerdo del ayer!
y él no quiere comprender
ni le tiene compasión
a este pobre solterón,
al darle un toque de alerta,
cada vez que abre la puerta
de la casa de pensión!

2 comentarios:

Marcelo dijo...

Muy bueno, muy bueno.

dwardu dijo...

¡Bellísimo!